GUERRA DE TRUHANES



Juego de niños de José Moreno Carbonero, cuadro que está expuesto en el Museo de la Aduana de Málaga


Como siempre se ha dicho, "la cabra tira al monte" y por ello no tengo mas remedio que escribir lo que siento y pienso en esta mi ventana abierta al mundo.

Parece ser que, últimamente, en España se celebran elecciones cada dos por tres y, si continuamos esta línea, pronto será cada tres por tres.

Yo siempre he pensado que, en caso de no querer llegar a ninguna parte, basta con sentar en la mesa de un bar a tres españoles con diferentes ideales y eso hice. Tras servirles unas copas en las cuales coincidieron (ron con cola), decidí abrir el debate y preguntar la opinión sobre un tema: EL MATRIMONIO. Y así lo hice. Tras hacer la pregunta, estas fueron sus respuestas.

El primero, de perfil conservador, dijo que era el estado natural de una pareja que se quiere, se ama y desea compartir una vida juntos.

El segundo, con un perfil liberal centralista, (si existe eso) opinó que difería ante esa definición tan escueta y que, para matizar, añadiría que no necesariamente esa pareja tendría que ser un hombre y una mujer, pensando en la libertad de las personas para poder elegir a quien quiera.

El tercero, de ideas izquierdistas, tras otro sorbo, añadió que faltaba algo muy importante que habían olvidado los anteriores: los hijos, algo imprescindible en una pareja, el dejar raíces y continuidad de esa unión como tal.

Tras horas de debate y cinco copas por cabeza, yo como moderador y promotor de este encuentro vi el momento de, más que oír, escuchar eso que dicen que los niños y los... dicen la verdad. Hice solo tres preguntas, una a cada cual.

Al primero, le pregunté su estado actual y me contestó, "Yo, divorciado y de pleitos por culpa del puñetero chalet de la costa". Y añadió: "Esta se quiere quedar con todo".

Al segundo, le pregunté: "¿Eres gay?". Me miró con la cara un poco desencajada y preguntó: "¿Acaso me has visto cara de maricón?". Yo le dije que no era mi intención molestarle y ahí quedó todo.

Y al tercero le dije: "¿Cuantos hijos tienes?" Y contestó: "¡Yo, ninguno que sepa! No me agradan los niños, son un coñazo y, además, cuestan una pasta mantenerlos... Prefiero unas birras con los colegas".

Esto es comparable con los momentos de los diferentes grupos políticos que dicen lo que les vale en un determinado momento pero no lo que realmente representan. Y, por ello, quizás, en ocasiones, solo se ponen de acuerdo en algo: en pedir un ron con cola.

Gracias y veremos lo que ocurre el domingo con esta GUERRA DE TRUHANES, o JUEGO DE TRONOS CAÑÍ.

Besos y abrazos para todos.






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